CAPITULO IV
En este capítulo entramos al análisis de la
tercera semilla, siguiendo la historia ya habían pasado 4 meses desde que
Ignacio fue a ver a su maestro, y desde que este le había dado la tercera
semilla. Después de todo este tiempo Ignacio ya había estado pasando por las
dos primeras fases de enseñanza el auto conocimiento y la meditación, y además
su práctica de la disciplina llamada Kriya Yoga era cada vez más frecuente, este
disciplina lo había ayudado a mejorar su concentración y a darse cuenta de sus
actos evitando que explote ante situaciones extremas.
Como consecuencia de la meditación fue que se
llevaba mejor con las personas y se involucró más en lo que es el área de ventas,
se encargó personalmente y lo logro otra venta estaba muy contento entonces se
fue donde sus subordinados y les dijo que era el mejor que gracias a él las
ventas habían aumentado y que el valía más que 10 de ellos, cuando hubo
terminado se dio cuenta que a pesar de que su personal estaba descontento y no sabía
por qué, entonces se dirigió a la casa de su maestro, cuando llego le contó
todo lo que había sucedido. El maestro le pregunto acerca de la semilla,
Ignacio le dijo que se trataba de un rosal rojo, el maestro le dijo que era
acerca de la falta de amor, que la rosa cuando florece puede ser muy hermosa,
pero eso solo de lejos pues cuando te acercas te puede hacer daño con sus
espinas, igual son las personas que son controladas por su ego, de lejos pueden
parecer buenas personas pero si te acercas veras que te pueden hacer daño con
su egoísmo, por lo que la enseñanza de esta semilla tiene que ver con el
control del ego.
El maestro le explico a Ignacio que cuando existen
personas que fueron maltratadas en su niñez, crecen con baja autoestima, lo que
genera una personalidad inferior que quiere ocultar a toda costa lo que siente,
esta es el ego.
La mayoría de personas con este problema tratan de
procurar estar en situaciones donde se sientan admirados igual que la rosa
tratan de ocultar su verdadero yo, el maestro le comento entonces que la
reunión que se organizó no fue Ignacio, sino su ego quien lo hizo, pues lo que
hizo en realidad con la excusa de motivar a sus subordinados fue restregarles
que él era mejor que todos ellos y en vez de motivarlos solo trato de hacerlos
sentir inferiores.
El maestro le dijo que el ego era como la llanta
desinflada de un bicicleta uno puede repararla con un inflador pero si la
llanta tenía un hueco, nunca se iba inflar. El maestro le ilustro a Ignacio
otras situaciones en las que se manifestaba el ego por ejemplo cuando Ignacio
pudo salir de su cuerpo se encontraba con muchas ganas de mostrar a todo el
mundo lo que había hecho, la mayoría de personas que tomaban el camino de la
meditación se quedan tan impresionadas por los aspectos fenomenológicos que
olvidaban el verdadero propósito de la meditación. Otra forma de manifestarse
es cuando las personas hablan mal de otras personas, cuando esto sucede, las
personas que se dejan controlar por su ego actúan de esa forma para sentirse
mejor consigo mismos y por tanto inflar su ego. El maestro le dijo que debía
estar atento ya que el ego suele tomar muchas formas para controlarnos y una de
estas era juzgando a las personas para hacernos sentir superiores.
Ignacio pregunto cómo era posible que él pudiera
cambiar su comportamiento, el cual lo había acompañado durante más de 30 años.
El maestros le dijo que muchas personas se dejan dominar por sus hábitos y
viven actuando de una misma forma toda su vida, pero que él debía aprender a
tomar las riendas de su vida.
El maestro también dijo que el ego se manifiesta
en los equipos de trabajo cuando alguien tiene una idea el ego trata de desmerecer
esa idea pues se siente inferior, también cuando en un equipó se comete un
error el ego trata de buscar culpables para así el sentirse superior. Ignacio
agrego que de todos modos el ego había sido quien lo había motivado para sacar
adelante su empresa y el maestro le contesto que el ego era un motivador
excelente pero en realidad que alcanzar las metas no era el objetivo de la vida
sino que era encontrar la felicidad.
La forma para controlar al ego era mediante la
meditación, el ego sustituya el amor que Ignacio no había recibido cuando niño,
pero mediante la meditación redescubría un amor que siempre había llevado
dentro y que no conocía, por lo tanto al sentir ese amor no era necesario que
su ego tuviera que ser inflado.
El maestro se levantó y saco la cuarta semilla y
le dijo que la próxima enseñanza le daría el verdadero propósito de las
empresas.
Después de mes y medio creció la planta, era una
planta de mango. Ignacio no se iba a trabajar ni a dormir sin antes meditar
media hora, esto lo hacía sentir muy feliz, y estar en un estado de paz. El
quería vencer a su ego.
Un día, Ignacio tuvo una reunión mensual en su
empresa con sus ejecutivos para esto él iba a ser el moderador. Los gerentes
estaban exponiendo sus metas y logros, cuando le tocó el turno al gerente de
ventas y este dijo que tuvieron problemas por la crisis económica del país y
también problemas de despacho cuando todos empezaron a culparse y a ofenderse.
Ignacio interrumpió y les pidió calma, dijo que no estaban para buscar
culpables sino para apoyarse entre todos. Le pidió a su gerente de ventas que
diga cómo le pueden ayudar para que logre sus metas y éste le dijo que el
culpable es Ignacio, porque su gente está desmotivada ya que le había quitado
sus principales clientes, pues esto lo puso muy furioso a Ignacio y comenzó a
gritar. Otra vez le gano su ego pero se dio cuenta, así que dio por concluida
la reunión y cito al día siguiente al gerente de ventas para arreglar el
asunto.
Ignacio se dirigió a la casa del maestro a
contarle lo sucedido. Ahí le dijo que se propuso vencer a su ego pero
finalmente el ego lo domina.
El maestro le explicó que cuando uno se propone
una meta con tanto apego y deseo y al querer ser el vencedor y ganarle al ego,
uno simplemente actúa con el ego. Cuando uno se molesta o angustia atrae el
ego, por el contrario cuando se está en paz, en tranquilidad aleja el ego. El
maestro concluyó diciéndole que uno siempre debe hacer lo mejor que puede y dar
lo mejor de sí, al margen de los resultados. Luego procedió a descifrar la
enseñanza de la semilla de mango. Le dijo que el árbol de mango nos da sombra y
nosotros le tiramos piedras todo el tiempo y encima el mango nos da frutos,
entonces el mensaje que nos da el mango es el servicio desinteresado. El
servicio es el opuesto al ego. Ignacio, no existe felicidad más grande en el
mundo que la que se siente cuando ayudas a terceras personas. El servicio es
dejar de pensar solamente en ti y pensar en los demás. Servicio es preocuparse
en el crecimiento y desarrollo de otras personas.
El maestro ayudó a Ignacio a encontrar su drama,
el cual era el de comunicar sus conocimientos y experiencias sobre la
meditación, el control del ego, el servicio, a la comunidad empresarial.
Ignacio nunca había hecho una presentación, pero el gurú le dijo que preparase
una presentación racional, con base y llegando a los empresarios basándose en lo
que ellos quieren escuchar, pero siempre dando su mensaje.
Ignacio confesó que tenía miedo, pero el gurú le
dijo que el miedo nos viene cuando sentimos que estamos pidiendo y no
sirviendo. Si vamos con amor y desinterés el miedo desaparece.
Así que Ignacio acepto dar su primera presentación
y volvería donde el maestro después de esta. Ignacio se preparó en hacer su
conferencia en base a las cuatro semillas que conocía: el autoconocimiento, la
meditación, el control del ego y el servicio.
Cuando llegó el día de la presentación, ya frente
al público sentía terror, estaba angustiado, pero puso en práctica la
concentración en su respiración y se calmó, poco a poco tomó confianza y dio
una buena conferencia e incluso logró hacer meditar al público y al final todos
lo felicitaron.
En casa del maestro, Ignacio recibió más
instrucciones. Tenía que sentir amor y entrega verdadera en cada momento de su
servicio. A medida que logre más éxitos tendría que meditar más.
El maestro le dio la quinta semilla y descifrarían
el mensaje cuando haya crecido. Ignacio fue a su casa y sembró la semilla.
CAPITULO VI
Luego de recibir la semilla del girasol, Ignacio
se internó nuevamente en su mundo empresarial, en la que enfrentaba múltiples
problemas, situaciones inesperadas, y sobre todo, la desleal competencia con
otras empresas dedicadas al rubro.
Precisamente, Ignacio se encontraba preocupado por
el hecho de hacer un recorte de personal, y no hallaba el medio para lograr
este objetivo sin tener que poner en riesgo el rendimiento de su empresa, ante
este dilema Ignacio decidió dirigirse hacia su maestro, y ya teniéndolo en
frente expuso todos aquellos dilemas que enfrentaba y que debía dar solución en
el menor plazo.
El maestro, acostumbrado a escucharlo
silenciosamente, le hizo reflexionar acerca de la semilla del girasol, y de
cómo esta planta orienta su postura hacia la luz, con esto, el maestro le
quería hacer ver que la meditación le estaba orientando hacia algo sublime, que
estaba saliendo a la luz su espíritu de niño que había dejado hacía mucho
tiempo atrás, y que ahora su vida se basaba en hechos que van con la moral y
con las buenas costumbres, y que ya no era aquel hombre al que solo le
importaba el fin sin considerar los medios, por el contrario ahora, él era un
hombre que disfrutaba el hecho de seguir hacia adelante con mucha paz, como si
estuviese seguro que el resultado de lo que emprendía seria siempre el mejor.
Ignacio, entonces comprendió que toda su vida
había estado dedicada a la empresa y las cosas materiales , y que su
infelicidad se debía precisamente porque carecía de una orientación hacia algo
sublime, hacia algo que le hiciera sentir paz y mucho amor, no solo con los
trabajadores de su empresa, sino también con su familia, y esta orientación de
su vida era precisamente hacia Dios, al hacer eso, el estaría más tranquilo
consigo mismo y sobretodo con aquella fuerza
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martes, 17 de septiembre de 2013
segunda parte
miércoles, 4 de septiembre de 2013
OBRA: LAS SIETE SEMILLAS
RESUMEN
Capítulo 1
Ignacio
Rodríguez, es el gerente general de R y G, trabajaba 18 horas diarias, bebía
mucho alcohol, fumaba mucho y no practicaba deporte y era un hombre con muchos
problemas en el trabajo.
Un
día Ignacio se enfureció, gritó y lo insultó a su gerente de ventas que había
renunciado momentos antes y esto le ocasionó un pre infarto que lo condujo a la
clínica.
Al cabo de unos días Ignacio se recuperó, pero el médico le recomendó cambiar su forma de vida. Que se relaje, que medite para ello le fundamentó con investigaciones científicas.
A Ignacio siempre le pareció tonto pero las explicaciones científicas lo hizo pensar y le comunicó a su esposa sobre las recomendaciones del médico y ésta se alegró y le dio la dirección de un maestro hindú.
Al cabo de unos días Ignacio se recuperó, pero el médico le recomendó cambiar su forma de vida. Que se relaje, que medite para ello le fundamentó con investigaciones científicas.
A Ignacio siempre le pareció tonto pero las explicaciones científicas lo hizo pensar y le comunicó a su esposa sobre las recomendaciones del médico y ésta se alegró y le dio la dirección de un maestro hindú.
Al
cabo de un mes Ignacio se sentía muy bien pero ese día recibió la noticia que
habían perdido una cuenta importante y empezó a gritar e insultarlo a su jefe
de ventas. En medio de todo este escándalo sintió un dolor en el pecho y se
asustó. Inmediatamente se dirigió a la casa del gurú hindú.
Cuando
llegó se estaba arrepintiendo, sentía vergüenza que las personas lo viesen ahí
finalmente un joven lo hizo pasar al interior donde se encontraba el maestro,
que era un señor, con túnica color azafrán. El gurú le preguntó varias veces a
Ignacio por que había ido a buscarlo y éste dio varias veces la respuesta que
quería aprender a relajarse, pero el maestro le preguntó una vez más cual era
el verdadero motivo que lo condujo hacia él y la respuesta de Ignacio fue que
todo esto era una pérdida de tiempo y se disponía a retirarse.
Pero
el maestro le preguntó si era feliz, pues esta pregunta lo enfureció a Ignacio
respondiendo que él era un empresario exitoso y enumeró sus posesiones a lo que
el maestro le respondió que él solo quería saber si se sentía feliz, esto
ocasionó que le saliesen las lágrimas a Ignacio. El maestro había irradiado
amor . Ignacio se sentía muy cómodo. El maestro le explicó que la felicidad no
se compra sino se siente y el que siente es el espíritu, entonces ahora debía
aprender a generar felicidad en su vida.
Ignacio
le pidió instrucciones al maestro para ser feliz y éste sacó un cofre, donde
guardaba 7 semillas, las
semillas de la felicidad. Le
dijo que cada una de ellas tiene una profunda enseñanza. El maestro le entregó
la primera semilla para que la siembre y que regrese cuando haya germinado para
descifrar la enseñanza.
Ignacio
fue a su casa y planto la semilla en su jardín , todos los días la regaba y la
cuidaba y la observaba. Pero no crecía nada.
Capitulo 2
Después
de un mes , Ignacio frustrado removió la tierra y sacó la semilla: no había
sufrido ninguna variación. A Ignacio le entraron interrogantes, dudas y se puso
furioso, pero quería que el maestro le explique lo sucedido.
El
maestro le pidió calma. Le dijo que le dio una semilla golpeada que jamás
crecería para demostrarle que los humanos somos así, que si nos golpean,
maltratan, humillan de pequeños jamás creceremos y si crecemos seremos débiles.
Pero los seres humanos golpeados de pequeños si pueden crecer y ser felices,
pero necesitan conocerse a sí mismos, tomar conciencia de su pasado y de cómo
los afecta en el presente. La primera semilla de la felicidad es el
autoconocimiento.
El
maestro le explicó que al ser maltratados de niños llenamos nuestra memoria
subconsciente de emociones destructivas, las cuales llevamos toda la vida
manifestándose en nuestro presente sin darnos cuenta, impidiéndonos ser
felices. Mientras más conciencia y conocimiento tenga uno de su subconsciente
tendrá más libertad y será capaz de ser feliz. Seguidamente el gurú le explicó
con ejemplos.
Al
día siguiente, después de trabajar en su oficina Ignacio se dirigió a la casa
del gurú.
El
maestro le explicó que cuando uno tiene traumas de niño, las emociones de estos
episodios afloran a la superficie y si uno bloquea estas emociones es como
empujar el hielo en el vaso de agua hacia abajo que siempre saldrá a flote.
Nuestra emociones afloran sin ser uno consiente de ellas, por eso hay que disolverlas como el hielo en el agua y esto se logra con paciencia. Le dijo que debe integrar su aspecto emocional y el racional para que sea feliz.
Nuestra emociones afloran sin ser uno consiente de ellas, por eso hay que disolverlas como el hielo en el agua y esto se logra con paciencia. Le dijo que debe integrar su aspecto emocional y el racional para que sea feliz.
Ignacio
le contó que ese día en su oficina lo humilló y gritó al jefe de despacho
frente a todos por un error que cometió por que así le enseño su padre.
El
maestro comenzó a indagar, a preguntar como era su padre y averiguó que había
sido exigente, no aceptaba ningún error, era violento, lo maltrataba con
patadas, con palabras groseras y que la madre de Ignacio nunca fue cariñosa.
Entonces el gurú llegó a la conclusión que para Ignacio era normal la violencia por que había crecido en ella. Le explicó que él estaba haciendo lo que su padre hizo con él cuando cometía un error.
Entonces el gurú llegó a la conclusión que para Ignacio era normal la violencia por que había crecido en ella. Le explicó que él estaba haciendo lo que su padre hizo con él cuando cometía un error.
El
maestro le recomendó que tome conciencia poco a poco de sus emociones
subconscientes, revisando cómo se manifiestan en su vida actual y que
reflexione sobre su comportamiento. A medida que entienda irán bajando su
intensidad y su influencia en él.
Que esté consciente de sus conductas agresivas, de sus pensamientos y emociones destructivas.
Que esté consciente de sus conductas agresivas, de sus pensamientos y emociones destructivas.
Luego
el gurú sacó del cofre la segunda semilla, le ordenó que la siembre y que
regrese cuando crezca.
Capitulo 3
Luego
de un mes brotó la plantita.
Ignacio
estaba de buen ánimo pero al recibir la noticia de negación de un préstamo se
enfureció y lo agredió verbalmente a su gerente de finanzas, pero algo pasó y
tomó conciencia de lo que estaba haciendo en el momento en el que ocurría el
atropello. Le pidió disculpas al gerente y sintió regocijo de haber tomado
conciencia a tiempo.
En
la tarde Ignacio fue a buscar al maestro y éste le reveló el mensaje de la
segunda semilla que es ponerse en contacto con su energía vital, le dijo que la
planta es la mimosa púdica y esta se retrae cuando siente ruidos a su alrededor
y busca su paz interior, y de la misma manera los seres humanos deberíamos
hacer lo mismo.
Para esto deberíamos dejar de pensar aunque sea algunos minutos al día para acceder a nuestra energía interior, nuestra energía vital y así podemos sentir paz, felicidad.
Para esto deberíamos dejar de pensar aunque sea algunos minutos al día para acceder a nuestra energía interior, nuestra energía vital y así podemos sentir paz, felicidad.
Así
uno poco a poco se vuelve más alegre, más tranquilo, más amoroso y le nace a
uno servir a los demás. Cuando dejamos de pensar nuestros rasgos negativos caen
y aflora una esencia maravillosa que tenemos dentro. Esa técnica de no pensar
es la meditación.
El
maestro le enseño una técnica de meditación ya que dejar de pensar no es fácil.
La técnica era sentarse cómodamente y repetir mentalmente por 15 minutos una
palabra, así poco a poco tendría una mejor concentración.
Ignacio
al practicarlo sintió una sensación de felicidad por poco tiempo, pues esta
sensación lo animó a practicar diariamente en la mañana y en la noche.
El
maestro le enseñó una técnica nueva de respiración, que se concentre en su
respiración algunos minutos cada 2 horas y esto le daría un beneficio de
lucidez.
Ignacio
tenía que presentar su empresa a un cliente potencial, para esto preparó una
presentación audiovisual en computadora y el técnico que debía encargarse de la
instalación de los equipos no había echo el trabajo, así que esto le preocupó
mucho a Ignacio y empezó a gritar pero se concentró en su respiración y pudo
calmarse.
Se
dirigió a la presentación con el técnico para que instale los equipos y así el
pudo tener una magnífica presentación que le permitió captar al cliente. Cuando
uno esta en paz y tranquilo atrae lo bueno.
El
maestro le hizo entender que el verdadero objetivo de la empresa es ofrecer un
entorno que le permita tanto a él como a su personal realizarse, crecer,
aprender, desarrollarse. La rentabilidad y el dinero son un medio y no el fin
en sí mismo.
Le
dijo que aproveche cada dificultad, cada crisis para hacerse una mejor persona.
Que continúe con su meditación, practique su respiración y que recuerde siempre
el verdadero objetivo de los negocios.
Cierto
día Ignacio cuando meditaba sintió ser uno con el todo.
El
gurú le enseño el kriya yoga, es una técnica que le permite avanzar más rápido
en la meditación que consiste en una serie de posturas del cuerpo.
Enseguida
el maestro le entregó la tercera semilla para que lo siembre y cuando esta
florezca, regresé. Le pidió paciencia, que siga practicando su meditación
añadiendo el kriya yoga.
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